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Honduras: Trabajadores mantuvieron la mina tomada por una semana en el Valle de Siria

Publie le Sábado 5 de noviembre de 2005 par Open-Publishing

‘NOS VAN A CORRER Y TODO HECHO LEÑA’

Trabajadores de la transnacional minera canadiense Glamis Gold se mantuvieron en huelga por una semana, paralizando la mina de oro San Martín en el Valle de Siria, Honduras, para denunciar violaciones a su contrato colectivo, despidos, y graves problemas de salud.

por Sandra Cuffe, Derechos en Acción

Desde el martes 25 de octubre hasta hoy en la mañana, los trabajadores organizados de la empresa Minerales Entre Mares de Honduras, S.A., subsidiaria de la transnacional canadiense Glamis Gold Ltd., se mantuvieron en huelga, tomando las instalaciones de la mina de oro a cielo abierto San Martín y paralizando las operaciones. El Sindicato de Trabajadores de Minerales Entre Mares de Honduras S.A., SITRAMEMHSA, tomó estas medidas para exigir que los derechos de los trabajadores se respeten, denunciando violaciones al contrato colectivo, despidos, y graves problemas de salud.

Solamente unos días antes de la acción, fue celebrado el primer aniversario del sindicato, organización a la cual pertenecen unos 190 trabajadores de las aproximadamente 260 personas que trabajan en la mina San Martín, ubicada en el municipio de San Ignacio, departamento de Francisco Morazán, unas dos horas al norte de Tegucigalpa.

El SITRAMEMHSA y la Entre Mares/Glamis Gold firmaron un contrato colectivo el 16 de septiembre del 2005, contrato que entró en vigencia el 1 de septiembre, según el acta firmada. De acuerdo a los trabajadores presentes en la toma del portón principal de las instalaciones mineras, la empresa está violando las cláusulas 1, 2, 8, 11 y 15, cuyo contenido se trata de diversos derechos laborales.

“¿Cómo es posible que nosotros estemos tolerando todas estas situaciones? ¿Si apenas no tenemos ni dos meses de haber firmado el contrato colectivo, y ellos lo han agarrado como por los pies?” preguntó Daniel Martínez, presidente del SITRAMEMHSA. “No permitimos eso, no lo vamos a permitir, porque si no es ahorita, después van a hacer lo que les antoje con nosotros.”

Los trabajadores mantuvieron tomados los dos puntos de entrada y salida de la mina San Martín. Según se informaba, todos los ejecutivos de la Glamis Gold estaban en reunión en los Estados Unidos y no quedó nadie que tuviera poder de decisión o negociación. El 29 de octubre, tampoco habían llegado todavía representantes del Estado, ni del Ministerio de Trabajo, ni de Salud, Ambiente o Derechos Humanos.

Reduciendo costos: despidiendo enfermos y aumentando la contaminación

El lunes, 24 de octubre, hubo una reunión entre representantes del SITRAMEMHSA y la Glamis Gold, programada para aprobar los préstamos del fondo rotatorio, política cuya ratificación fue una conquista del sindicato. Ya reunidos, de repente la empresa anunció que tenía 27 cancelaciones para el día siguiente. Dentro del grupo estaban David Flores, Victoriano Cruz y Francisco Hernández, quienes han sufrido diversas enfermedades y problemas de salud desde que trabajan en la mina.

“No podemos aceptar el despido de tres compañeros que han estado en tratamiento médico por problemas de vías respiratorias, problemas de estómago, y problemas en los huesos,” manifestó Martínez. “Ellos trabajaron en un área crítica donde pasaba más el cianuro en vivo allí.”

Todos los 27 despedidos trabajaban en el departamento de trituración, con la trituradora y el sistema de bandas que transporta el material pulverizada de la máquina a las pilas de lixiviación, conocidas también como los patios, llenas de solución de cianuro. Según les ha informó la empresa, se iba a llevar la trituradora y las bandas a Guatemala. En la mina San Martín, entonces, al ser dinamitado el material, las rocas exageradamente grandes serán transportadas en volquetes directamente a los patios. De hecho, este proceso había empezado ya, siendo operada la trituradora únicamente durante un turno en la noche.

“Lo que a ellos les interesa es bajar el cerro, despachar a la gente y quedar operando solamente con lo que es lixiviación, patio, laboratorio...” denunció Martínez. “Pedimos a las autoridades nacionales e internacionales que puedan intervenir para que se siga el proceso como ellos lo hicieron en el plan de mitigación.”

La preocupación no se trata sólo de los trabajadores despedidos, sino también del riesgo que pueda generar este cambio irregular en cuanto a la contaminación. Como indicaron los trabajadores en el mapa dibujado de las instalaciones que tienen colocado en el portón principal, al lado de la bandera de Honduras y una manta del SITRAMEMHSA, los volquetes pasan encima de una gran cantidad de material contaminado con cianuro en el trayecto. Al bajar hacia las pilas de lixiviación, las llantas se impregnan de la solución antes de regresar por una calle, por donde las aguas lluvias salen directamente a la quebrada Guanijiquil.

Varios trabajadores presentes en la toma del segundo portón aseguraron que la lluvia no es la única agua que sale a esta quebrada. Revelaron que recientemente durante unos días de fuertes aguaceros, la empresa estaba bombeando las 24 horas, sacando agua de la así llamada ‘laguna de los patos’ a la quebrada Guanijiquil que desemboca en el río Playa, una de las pocas fuentes de agua para el riego en el valle que no ha sido usurpada completamente por la explotación minera. Ni los mismos trabajadores podían constatar si hay o no presencia de cianuro o metales pesados en la laguna donde hace unos meses la empresa empezó de represar una gran cantidad de agua sin líner, pero el nombre de esta nueva laguna artificial proviene del hecho de que, según se informa, al aterrizar los patos en el agua, mueren.

‘Yo padezco de un dolor aquí...’

“Ellos me dicen a mí de que podría ser lo mío ya mi vejez, prácticamente, los huesos, eso es lo que mantienen, pero de repente hemos trabajado en cianuro, entonces yo quisiera de que se nos diga la verdad, si sería eso, todos vamos para abajo,” expresó con mucha preocupación David Flores, uno de los despedidos que no ha recuperado de sus complicaciones de salud.

“Yo padezco de un dolor aquí en la rabadilla y en los huesos... Y me preocupa porque me vayan a correr y yo voy todo hecho leña, y no sólo yo, sino que miro a los compañeros, de repente todos nosotros, y mi familia.”

El trabajador despedido Victoriano Cruz está con problemas similares. En condiciones aún más graves está el trabajador Francisco Hernández, otro de los 27 despedidos del área de trituración. Hernández ha trabajado las 12 horas al día por cinco años y medio en este departamento de la mina. Aparte del peligro que implica el trabajo diario, para el cual sólo cuentan con protección mínima como la son las máscaras desechables, relató que en el 2003 sufrió un accidente muy grave y que desde entonces padece de diversos problemas de salud que han reducido sus capacidades tanto para el trabajo como en la vida en general.

“En una ocasión fíjese que allí donde estaba trabajando ­ porque allí se trabaja con cianuro, allí está el cianuro en vivo ­ se rebotó una tubería y me bañó todito el cuerpo. Me fui a bañarme porque hay que bañarse inmediatamente. Pero de allí para acá yo me he sentido mal. Empezó con mareas y vomito.”

“Desde el año pasado en mayo, me pegó un dolor en las piernas y no podía caminar. Me fui para Tegucigalpa, fui donde el médico. Me dijo el médico [de la clínica en Tegucigalpa] que era un problema de los químicos de aquí, y entonces vinieron y hasta mandaron a hacer un examen en los Estados Unidos, o sea llevar las muestras. Y a los dos meses vino el examen y [los doctores empleados por la mina] dijeron que no, que no tenía nada, que estaba limpio el examen.”

“Entonces, con las medicinas que el doctor me estaba dando aquí, se me quitó el dolor en las piernas, no de todo, pero se me ha pasado a los hombros y casi no puedo trabajar. Y ahora resulta que los doctores de la mina dicen que no tengo nada. Y no puedo hacer nada - no puedo levantar los brazos arriba, no puedo trabajar ni en lo mío ya.”

“Siempre estoy yendo donde el médico, pero no me mejoro. Pero aún ellos dicen que no, que no tengo nada.”

Cabe destacar las palabras del entonces gerente de Entre Mares, Eduardo Villacorta, en una entrevista con Revistazo.com en el 2003: “Esa parte del cianuro es un gran mito. El cianuro es tan peligroso como baygon que usa en su casa para matar mosquitos.”

Según Francisco Hernández, así fue que la empresa nunca les explicó a los trabajadores sobre el peligro que representa el cianuro: “Ellos nunca dijeron que era malo. Nosotros sabíamos que era malo porque todo el mundo decía que era malo. Es que se siente, pues, la contaminación.”

Cobros ilegales por atención médica y resultados ocultadas

Desde que se acuerdan los trabajadores, la empresa nunca ha cumplido con su obligación de cubrir la totalidad de los gastos médicos de los trabajadores. Anteriormente, sacaba directamente el 20% del costo de toda atención médica del salario de los empleados. Fue un punto clave en las negociaciones del contrato colectivo, para el cual el SITRAMEMHSA luchó, avisando a la empresa de que ya no iban a permitir que les cobrara esa parte a los trabajadores.

“La cláusula número 11 es clara,” declaró Daniel Martínez. “Habla de que el trabajador va a ser cubierto el 100% en todos aquellos casos ­ accidentes, enfermedades profesionales y no profesionales. Va a ser cubierto el 100%.”

Pero en la realidad, la empresa siempre ha estado cobrándoles el 20% a todos los trabajadores para todo tratamiento médico. O tienen que pagarlo en efectivo cuando lleguen a las clínicas en Tegucigalpa o le deducen esa cantidad de su cheque, aunque desde que entró en vigencia el contrato colectivo, ya no lo ponen por concepto de cobro médico sino como préstamo personal, cuando la empresa no tiene una política de préstamos para los trabajadores. Únicamente está el préstamo rotatorio, pero esto ya fue una conquista del sindicato y no una política de la empresa, resaltan los trabajadores.

“El fondo rotatorio fue creado específicamente para emergencias, no para estar dándole vida a un plan médico que es únicamente obligación de la empresa responder, porque ella es la responsable” señaló Martínez.

Contó David Flores que la última vez que fue a hacer un examen en la Policlínica en Tegucigalpa, no fue atendido por no tener dinero. Llegó todo listo, con su carnet de la aseguradora, pero le dijeron que no habían negociado con los doctores de la minera, aunque es a esa misma clínica donde van todos los trabajadores. Desde la clínica llamaron a la empresa, que enseguida pidió a Flores que pagara una parte en efectivo que supuestamente la empresa le iba a reembolsar más tarde. Como no estaba en capacidad para pagar, no fue atendido y tuvo que agarrar el bus de vuelta con su hijo para el Valle de Siria.

“Aquí si uno no tiene dinero y vaya donde el médico, se muere, porque aquí no le dan dinero para que vaya,” observó Francisco Hernández.

Claramente, los más afectados por los cobros médicos ilegales que les hace la empresa son los trabajadores más afectados por problemas de salud. En el caso de los trabajadores despedidos, la empresa pretendía sacar el 20% de los gastos médicos de sus prestaciones. En algunos casos, como el de David Flores, esa cantidad supera los 20 mil lempiras (aproximadamente unos 1,050.00 dólares).

Otra gran causa de preocupación es el hecho de que los trabajadores no cuentan ni siquiera con fotocopias de los resultados de sus exámenes, dictámenes u otra documentación relacionada a su estado de salud. Toda la documentación la guarda la empresa, así que en muchos casos los trabajadores ni conocen el contenido de dicha documentación. Únicamente cuentan con lo que les dicen los doctores empleados por la empresa minera.

“Es uno de los problemas que me gustaría que sí se tuviera en cuenta,” dijo Martínez. “Los médicos de aquí del área, cuando se va a hacer los análisis los trabajadores, no le dan ninguna información y cuando el trabajador va a pedir que explique cómo salió, los médicos de acá se enojan más bien.”

“La empresa se daba el lujo antes de decirle a los trabajadores que ‘el portón está libre.’ Cuando iba a hacer algún reclamo, la gerenta de Recursos Humanos, desconociendo la ley, desconociendo los derechos que tenemos los trabajadores, como es la Constitución de la República y el Código del Trabajo, ella le decía ‘el portón está libre, hay 200 esperando tu trabajo, ¿no te acordás cómo estabas antes?’”

“¡Eso! Una tortura psicológica que estaba haciendo a los trabajadores. Por lo tal, hoy, nosotros no estamos permitiendo todos esos atropellos. Y de hoy en adelante, desde el 25 que nosotros hicimos esta toma, desde esa fecha en adelante, le estamos sentando un precedente a Minerales Entre Mares, que ya ahora los trabajadores no estamos solos, que los trabajadores tenemos una representación y esa representación se llama Sindicato de Trabajadores de Minerales Entre Mares de Honduras S.A., SITRAMEMHSA, y vamos a luchar hasta las últimas consecuencias, para que ellos nos respeten.”

En todos lados, la Glamis Gold brilla por los estragos que causa

La Glamis Gold no ha sido denunciado solamente por los trabajadores y no únicamente en Honduras. Registrada en Vancouver, Canadá y con su sede en Reno, Nevada, Estados Unidos, la Glamis Gold Ltd opera en varios países a través de subsidiarias, como es la empresa Minerales Entre Mares de Honduras. Las denuncias y acciones en contra de la transnacional también se han hecho sentir en diversos países.

En el estado de California, en los Estados Unidos, la Glamis pretendía abrir una mina de oro en el Valle Imperial, un desierto en donde hay un camino de sitios sagrados del pueblo indígena Quechan. Después de una lucha fuerte del pueblo Quechan y organizaciones ambientalistas en contra del proyecto, el entonces gobernador de California Gray Davis ratificó medidas de mitigación especiales para proyectos mineros a cielo abierto ubicados cerca de los sitios sagrados.

Basándose en las cláusulas de protección a los derechos de las inversiones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que entró en vigencia en Canadá, Estados Unidos y México en el 1994, la Glamis Gold ha demandado por 50 millones de dólares al gobierno de los EE.UU. bajo el Tribunal del TLC, alegando que su proyecto ya no es viable económicamente. Este caso, que demuestra claramente la visión capitalista destructor de los TLCs, aún no se ha resuelto.

La Glamis Gold enfrenta una fuerte resistencia también en Guatemala, donde tiene su proyecto Marlin entre dos municipios de población indígena en el departamento de San Marcos. Desde que salió la información de que la empresa se estaba instalando en la región para construir una mina de oro, tanto las comunidades locales como organizaciones al nivel nacional e internacional están luchando en contra del proyecto y su financiación por la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial, con diversas iniciativas desde tomas de carretera hasta una consulta popular indígena en el municipio de Sipakapa donde una vez más el pueblo local expresó su total desacuerdo con actividades mineras en su territorio.

Aunque incluso antes de que iniciara la explotación, el proyecto Marlin ya había cobrado dos muertos a manos de las fuerzas de seguridad públicas y privadas y represión que sigue todavía, las comunidades siguen luchando con dignidad por un desarrollo comunitario humano e integral, definida desde las comunidades y para las comunidades.

En Canadá, muchas organizaciones están luchando en contra de la impunidad de los actores globales, para que las empresas canadienses puedan ser juzgadas en Canadá, con penas fuertes para los involucrados en sus acciones y operaciones dañinas en otros países. Varias organizaciones han tomado el ejemplo de la Glamis Gold para destacar la necesidad de estos cambios y para concienciar a la población sobre el modelo global de ‘desarrollo’ explotador e injusto.

Tampoco es la primera vez que la Glamis sea el blanco de denuncias dentro de Honduras. Las comunidades del Valle de Siria se organizaron y se pronunciaron en contra del proyecto San Martín en cabildos abiertos y manifestaciones cuando la mina estaba bajo construcción. El Comité Regional Ambientalista del Valle de Siria ha seguido su incansable lucha por el medioambiente y la justicia, denunciando la contaminación de la región por arsénico y mercurio, los graves problemas de salud que siguen incrementando en las comunidades vecinas a la mina, entre los innumerables abusos e impactos negativos causados por la Glamis Gold.

En la Unión, la Fuerza

“Nosotros como Comité Regional Ambientalista del Valle de Siria,” manifestó Carlos Amador, miembro del Comité, “vemos con preocupación la situación de los trabajadores de Entre Mares, sobretodo en cuanto a las graves enfermedades que están padeciendo y a la información sobre la contaminación que está causando la empresa. Les apoyamos porque vemos que es una causa justa para la cual están luchando.”

Hoy, el primer de noviembre en la mañana, los trabajadores se encontraban nuevamente por el portón principal de la mina, pero esta vez para entrar nuevamente al trabajo ­ incluyendo los 27 trabajadores que iban a ser despedidos. Seguirán trabajando en el mismo departamento, con la trituradora y el sistema de bandas para llevar el material de la máquina hasta las pilas de lixiviación llenas de cianuro.

No es exactamente un fin utopista. David Flores, Victoriano Cruz y Francisco Hernández siguen sufriendo los mismo problemas de salud. La mayoría de pobladores de varias comunidades aledañas a la mina siguen padeciendo los mismos problemas de salud. Sigue la escasez de agua. La economía local sigue arruinada. Sigue la contaminación. En la comunidad San José de Palo Ralo, reubicada por la empresa hace más de cinco años, la gente sigue sin la documentación legal de sus tierras y casas. Glamis Gold seguirá percibiendo ganancias millonarias.

Pero aún así, la primera acción fuerte de un joven sindicato con poco apoyo logró su objetivo principal. Quizás la victoria de su acción colectiva fortalecerá a los trabajadores con el coraje de seguir luchando para los derechos que reclamaron durante su huelga: exámenes independientes para los trabajadores enfermos, indemnización justa y justicia; atención médica gratuita e imparcial; revelación total de toda información sobre su estado de salud; control estricto del cianuro y del agua y material contaminados; el respeto de su contrato colectivo...

Será una locura esperar que la Glamis Gold haya ‘aprendido su lección’ cuando por su naturaleza la empresa es un actor global poderoso que opera con impunidad, beneficiándose de un modelo de negocios explotador y destructiva que pasa llamándose ‘desarrollo.’ ¡Pero por lo menos quizás la empresa ya no anunciará orgullosamente en sus informes anuales que ningún de sus trabajadores pertenece a un sindicato! Y quizás el SITRAMEMHSA seguirá luchando contra los abusos de la empresa, manteniendo un actuar coherente con lo declarado tan fuertemente por el presidente del sindicato Daniel Martínez durante la huelga:

“Hoy, nosotros no estamos permitiendo todos esos atropellos. Y de hoy en adelante, desde el 25 que nosotros hicimos esta toma, desde esa fecha en adelante, le estamos sentando un precedente a Minerales Entre Mares, que ya ahora los trabajadores no estamos solos, que los trabajadores tenemos una representación y esa representación se llama Sindicato de Trabajadores de Minerales Entre Mares de Honduras S.A., SITRAMEMHSA, y vamos a luchar hasta las últimas consecuencias, para que ellos nos respeten.”

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Sandra Cuffe (caminando27@yahoo.es) trabaja en Honduras con Rights Action/Derechos en Acción (info@rightsaction.org), organización que apoya a organizaciones comunitarias, de base y ONGs que trabajan por un proceso de desarrollo comunitario sano e integral en Guatemala, Honduras, Chiapas y Haiti. A la vez, trabaja en Canadá y los Estados Unidos para concientizar sobre el rol del ’norte’ y el modelo de ’desarrollo’ injusto y explotador en los países, comunidades y pueblos del ’sur’.

Para mayor información sobre la minería en Honduras y Guatemala, la Glamis Gold, los actores globales involucrados en la industria, puedan ver un informe aquí:

http://rds.hn/uploads/files/Mineria.doc