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Recuperar la esperanza

Publie le Lunes 5 de diciembre de 2005 par Open-Publishing
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Recuperar la esperanza

¿Quién somos? ¿A dónde vamos? ¿Qué esperamos? ¿Qué nos espera? Muchos se sienten confusos con estas preguntas. El suelo tiembla y no saben por qué ni de qué. Esta situación provoca angustia y más aun provoca miedo. ¿Pero qué es el miedo? El arte del miedo se ha dominado en la actualidad de modo terrible y se presenta con infinitas caras: se tiene miedo de salir a la calle, se tiene miedo de andar solo, se tiene miedo de creer en algo, se tiene miedo al amor, se tiene miedo al matrimonio, se tiene miedo a tener hijos, se tiene miedo a la vida.

Debemos ante eso, aprender lo único que combate realmente al miedo: la esperanza. La esperanza está enamorada en el triunfo y no en el fracaso. La esperanza a diferencia del miedo no es pasiva ni menos aún nos vuelve estáticos. La esperanza nos da amplitud en lugar de limitarnos. Nos exige que nos entreguemos activamente a la vida y a su defensa. La esperanza se alimenta de nuestra capacidad de soñar, pero de soñar despiertos, es decir, conscientes de lo que soñamos. Cuánto no hemos y debemos seguir soñando acerca de una vida mejor que sea posible.

No hay persona que pueda vivir sin soñar y por eso decimos ¡que los sueños soñados despiertos se hagan más intensos! Pues ello significa que se enriquecen justamente con la mirada serena y eso nos lleva a su clarificación, entendiendo así que las cosas siempre pueden ir mejor. El trigo que quiere madurar siempre debe ser estimulado y recolectado, con paciencia y serenidad.

La persona que aspira a algo vive hacia el futuro; el pasado sólo viene después y el auténtico presente todavía no existe en absoluto. Por eso debemos traspasar la vida que se orienta solo por el instante, por el ahora, por la pura inmediatez, el vivir únicamente el momento. El futuro ciertamente contiene lo temido o lo esperado, pero siempre nuestros deseos son construirlo a partir de nuestros mejores sueños, nuestra esperanza en una vida mejor. Pero hay quienes se dejan llevar por sus temores y no encuentran salida a la decadencia de sus vidas hechas como múltiples pedazos inconexos de instantes vividos y nada más. En estas personas se manifiesta el miedo a la esperanza y contra la esperanza. Esto hace que se opongan y desfallezcan ante cualquier nueva vida.

La desesperanza es en sí, tanto en sentido temporal como objetivo, lo insostenible, lo insoportable en todos los sentidos a las necesidades humanas y en mucho la desesperanza proviene de las quimeras engañosas que produce una sociedad y una cultura que solo vive para el dinero y el poder. Sueños impuestos que definen como vida mejor a la posesión de bienes materiales realmente inalcanzables. Se corrompe así lo auténticamente humano: la esperanza fraudulenta es uno de los mayores malhechores y enervantes del género humano, mientras que la esperanza inspirada en el amor al prójimo es su más serio benefactor. La desesperanza encubierta por falsos sueños, sueños egoístas promovidos por un excesivo individualismo no hacen sino atentar contra la vida humana espiritual y físicamente. Sin embargo, el tañido funerario de una sociedad que atente contra la vida tiene su contraparte en el día que alborea iluminado por la esperanza legítima de los hombres y mujeres buenos.

Anhelo, espera, esperanza es el concepto de un principio en el mundo que ya no deberá desaparecer de este. Y no desaparecerá porque está instalado en nuestros corazones aunque fuese temporalmente ignorado muchas veces. Esta filosofía humanista y promotora de los sueños soñados despiertos, tendrá que tener conciencia moral del mañana, parcialidad por el futuro, saber de la esperanza o no tendrá ya saber ninguno.

Mensajes

  • Dès lors, tout est-il perdu… nous disons Non !
    Nous sommes les contemporains de l’Histoire, nous faisons l’Histoire et l’Espoir demeure. Merci pour l’article Arturo et Cecilia. L.G. U. Sorbonne