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4º accidente en 2 años de la empresa que revisó el Prestige
Publie le Jueves 16 de diciembre de 2004 par Open-Publishing
Además del Prestige , otros tres buques que recibieron el aval técnico de la clasificadora estadounidense American Bureau of Shipping (ABS) han sufrido accidentes graves en tan sólo dos años. El último siniestro ha sido el del carguero malasio Selendang Ayu , que se partió en dos frente a una reserva natural de Alaska (EE.UU.) con 1.800 toneladas de gasoil pesado y otras 80 de fuel en sus bodegas. El buque, cargado con soja, se quedó a la deriva el pasado miércoles después de que sus motores dejaran de funcionar por causas que se desconocen. Los remolcadores no lograron frenar su trayectoria hacia la costa, embarrancó y se partió por la mitad.
El servicio de Guardacostas se enfrenta a un vertido limitado al tratarse del combusible de propulsión del barco. Sin embargo, se trata una zona de reproducción para unos 40 millones de aves y mamíferos marinos, entre ellos una variedad de leones marinos en peligro de extinción.
Lo que ya no tiene remedio son las seis víctimas que provocó el accidente de un helicóptero de rescate que participaba en el operativo en unas condiciones meteorológicas infames. Se han suspendido las labores de búsqueda.
En cualquier caso, la compañía ABS aún no ha emitido un informe oficial sobre las posibles causas del fallo en la sala de máquinas, una zona que sus inspectores también están obligados a revisar para otorgar el visto bueno técnico general al barco. El bulk carrier tenía tan sólo seis años fue clasificado por la firma estadounidense en el 2001.
Fallo estructural
Además del Selendang Ayu , otros dos buques en la nómina de ABS se vieron envueltos en accidentes este año. El 29 de abril, un carguero con bandera de taiwanesa, el Cape Africa , tuvo que ser remolcado tras un complejo operativo tras abrírsele un boquete de 20 metros cuando navegaba a 150 millas de la costa sudafricana.
Como en el caso del Prestige , hubo un grave fallo estructural y la compañía encargada del rescate también fue la holandesa Smit. El riesgo de contaminación se reducía al combustible de propulsión del buque, ya que transportaba acero.
Más espectacular aún fue el siniestro del Panam Serena , un petrolero-quimiquero de Bahamas que explotó el 1 de enero mientras realizaba una operación de descarga de benceno y fuel en Porto Torres (Cerdeña, Italia). La deflagración y el posterior incendio provocó dos muertos.
La causa del accidente pudo estar en un funcionamiento defectuoso de las bombas de descarga.