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Bolivia: Austeridad Urgente en las Universidades Públicas
Publie le Lunes 6 de febrero de 2006 par Open-PublishingPor Mario Ronald Duran Chuquimia
El presidente de los bolivianos, Evo Morales, al rebajarse su sueldo en un 50% a dado una señal poderosa que muestra su voluntad de servicio al pueblo, dicha rebaja esta siendo asumida por diversas instancias de la administración pública. Esta medida es recibida con beneplácito por la población boliviana, ya que existía una gran diferencia en la escala salarial, por ejemplo el sueldo que llegaba a cobrar el presidente de la cámara de senadores, era ciento-ventisiete veces el salario mínimo nacional, que a la fecha es de aproximadamente cincuenta y cinco dólares.
Por lo que causa sorpresa la declaración del Rector de la Universidad Mayor de San Andres, Roberto Aguilar, quien amparándose en la Autonomía establecida en la Constitución Política del Estado, dice que la UMSA es autónoma para establecer su escala salaria y que si se diese la rebaja en la escala salarial, muchos docentes se retirarían exigiendo sus beneficios sociales.
La universidad pública se ha convertido al paso de los años y pese al cambio de las autoridades en una isla alejada de la realidad boliviana, ya que sus autoridades, docentes y administrativos gozan de una excelente escala salarial, sueldos que son engordados con el concepto de años de antigüedad sin contar beneficios sociales, que llegan a ser en algunos casos, cincuenta veces el salario mínimo nacional.
Por mucho tiempo el discurso que justificaba las protestas por un mayor presupuesto era que la universidad no tenia suficientes fondos, lo que originaba marchas, paros y bloqueos, con el consiguiente perjuicio académico, la movilización de fin de año en la UMSA desnudo una lacerante realidad, el noventa y cinco por ciento del presupuesto universitario se destina al pago de sueldos y salarios, presupuesto que es asignado por el Tesoro General de la Nación (TGN), pero siempre existe un déficit para atender necesidades de infraestructura y equipamiento, entre otros.
Este déficit económico es cobrado de los bolsillo de los estudiantes mediante diversos mecanismos entre ellos: los timbres y valores, costos de los trámites, sirva de ejemplo que, el tramite por el titulo universitario llega a sumando ases y espadas es de dos mil bolivianos, monto que se duplica cuando se requiero el título en provisión nacional. El dinero de esta recaudación en la UMSA, pasa a la administración central y solventa gastos de emergencia de esta. En algunas facultades dicho déficit es subsanado mediante el cobro de los “aportes voluntarios” de carácter obligatorio que incluso llegaron a ser de doscientos bolivianos por gestión sin contar el costo de la matrícula. Otra fuente de ingresos proviene de los cursos de post-grado que cuestan aproximadamente dos mil dólares como mínimo, estos fondos son administrados para el pago de sueldos de docentes principalmente, sin que se sepa el destino del resto de la recaudación. Los cobros realizados por concepto de cursos pre-universitarios, también son una fuente importante de ingresos ya que solo el diez por ciento de los postulantes ingresa a la universidad a proseguir estudios superiores, el costo de este curso es de quinientos bolivianos.
Motivos que obligan a discutir la distribución del presupuesto universitario internamente y externamente, recuperando y validando la regla de oro: por cada boliviano destinado al sector docente y administrativo, se debe destinar otro boliviano a infraestructura y equipamiento. Tarea que debe ser encarada por la dirigencia universitaria, evitando caer en los facilismos de decir que la autonomía nos permite todo, incluso tener una casa superior de estudios de un país subdesarrollado con sueldos del primer mundo para autoridades, docentes y administrativos.
Así también los fondos provenientes del IDH deben ser administrados correctamente, prohibiendo su uso en la partida de sueldos y salarios, impidiendo que las manos brujas de ciertos sectores no contentos con los huevos de oro se quieran comer a la gallina.
Atrio de la UMSA, Miércoles 1º de Febrero de 2005.
(*) El autor fue Secretario Ejecutivo de la Confederación Universitaria Boliviana.